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NOTAS PARA COLECCIONAR - MEJOR CALIDAD DE VIDA
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Indice de temas

Nota 1286
El pensamiento mecanicista en el proceso salud-enfermedad
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1285
La felicidad y el placer
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1284
El servicio de salud como un bien estratégico para la postpandemia
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1283
¿Somos víctimas del coronavirus o de nosotros mismos?
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1282
Coronavirus. Un enfoque distinto para el cambio que el mundo necesita
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1281
La energía que gasta el ego
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1280
El momento presente
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1279
Qué nos pasa ante factores estresantes
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1278
Acerca de las emociones
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1277
Qué quiero de la vida?, o qué quiere la vida de mí?
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1276
A qué nos referimos cuando hablamos de felicidad?
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1275
Libera tu creatividad
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1274
¿Nos conocemos realmente?. La importancia del auto conocimiento
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1273
La salud del ser humano
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1272: El conocimiento, el poder de la consciencia y la construcción de la realidad personal
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1271: Incorporamos alta tecnología
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1270: ¿En esencia somos materia o energía?
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1269: El ser humano es un orfebre de su destino
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1268: La mente consciente
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1267: Emerge una nueva medicina
Ana María Oliva - Doctora en biomedicina. Master en ingeniería biomédica. Ingeniera industrial.

Nota 1266: El organismo y su regulación.
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1265: Deseo un cambio en mí, ¿por dónde empiezo? 
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Nota 1264: Cuidado!! El futuro se nos escapa de las manos.
Dr. Roberto Udrisar – Director Salud Holística Paraná

Nota 1263: La Curación Cuántica, 10 sugerencias para recuperar la salud.
 Fuente: Sintaxis de Obra del Dr. Deepak Chopra.

Artículos

Nota 1286
El pensamiento mecanicista en el proceso salud-enfermedad
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Antes de la era científica la mayoría de las comunidades existentes en nuestro planeta mostraban un gran respeto por la naturaleza y tendían a organizar estructuras sociales solidarias, dicho de otro modo, sus actos se dirigían al logro de una relación armoniosa entre los fenómenos materiales y espirituales. 
Los científicos se concentraban en comprender el sentido o significado de las cosas y no tenían como meta predecir y controlar la naturaleza. Trataban de conocer los fenómenos naturales, entenderlos y vivir en armonía con ellos, en ningún momento pensaron en dominarlos.
Esta concepción fue cambiando a partir de trabajos científicos que desarrollaron Copérnico, Galileo Galilei y otros, que definieron lo que para muchos historiadores fue la era de la revolución científica en base a metodologías que incluía todo lo que podía ser medido y validado. 
La materia reunía esas condiciones y se excluía de ese modo todo lo relacionado con cualidades abstractas (alma, espíritu). Este enfoque dio origen a la ciencia materialista-mecanicista que tiene vigencia aún en nuestros días. Muchos científicos abrazaron esa idea que fue completada por Newton y Descartes, por tal motivo también se las denominó newtoniana-cartesiana.
Este es el comienzo de la física clásica y de una concepción absolutista de interpretar la ciencia. Rechaza todo conocimiento que no es perfectamente conocido y disipe todo tipo de dudas, se basa en la certeza. 
Si bien es cierto este tipo de razonamiento guarda una gran dosis de lógica, a tal punto que actualmente muchos científicos y académicos se identifican con él, la física moderna iniciada a principios del siglo XX demostró la inexistencia de una ciencia que tenga “certeza absoluta”. Todos los conocimientos y teorías son en verdad limitados. 
La ciencia materialista-mecanicista basada en la evidencia científica, está incorporada a la medicina y no está mal que así sea porque aporta al diagnóstico y tratamiento de distintas patologías, pero debemos tener presente las limitaciones que posee para complementarla con ciencias que le den más amplitud al conocimiento.
El modelo mecanicista que se aplica en el estudio de la medicina tiene que ser revisado. El abordaje del proceso salud-enfermedad tiene que ser más amplio, el cuerpo enfermo necesita para su tratamiento los métodos que tiene la medicina convencional, pero debe ser complementado con métodos que logren llegar a los programas inconscientes que son los verdaderos causantes del desequilibrio orgánico.

Nota 1285
La felicidad y el placer
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Para una mejor comprensión de estas cualidades tenemos que saber que en nuestro ser coexisten dos dimensiones: la mente y la consciencia o cuerpo espiritual, aunque en verdad la mente es un continuo de la consciencia, es decir, no existe ningún límite o separación entre ambas. Las analizamos por separado para una mejor descripción de lo que estamos tratando.
Estamos más habituados a experimentar subjetivamente los procesos mentales: conscientes e inconscientes, no así a experimentar estados que trasciendan la mente y nos identifiquen con la consciencia que, por otra parte, es nuestra esencia. Quizás sea por desconocimiento o porque nos dejamos atrapar por las poderosas fuerzas de los pensamientos y emociones.
Lo cierto es que la mente humana ha sufrido desde el inicio de los tiempos un proceso de disfuncionalidad dando origen al ego. El ego es una parte desdoblada de la consciencia que está condicionada por información que hemos heredado y por nuestras propias experiencias. La mente egótica se condiciona entonces en gran medida, por los estímulos del entorno, por lo que nos sucede, se nutre de acontecimientos externos.
Como el ego se cree separado del entorno construye el miedo, ya que interpreta como una amenaza para la supervivencia muchas de las cosas que suceden a nuestro alrededor. El miedo es la emoción primigenia, de ella derivan todas las emociones negativas: ira, enfado, ansiedad, preocupación, depresión, estrés, etc., que ocasionan sentimientos de malestar. Simultáneamente, a modo de defensa psíquica, construye formas para paliar el sentimiento de malestar y que nos haga sentir bien, una de ellas es el placer.
Estoy depresivo, bebo. Estoy estresado, viajo. Estoy malhumorado salgo a buscar algún tipo de diversión placentera. En otras palabras salgo a buscar “fuera de mí” algo que me haga sentir bien para compensar el sentimiento de malestar. Busco placer.
También puede ocurrir que sienta alegría por haber conseguido un nuevo trabajo, por haberme graduado en mis estudios, por tener una nueva pareja, por tener un nuevo auto, etc., y digo me siento feliz por ello. Como se podrá apreciar, nuevamente algo “externo a mí” me hace sentir bien, y creo que estos acontecimientos me hacen feliz.
Pero la auténtica felicidad  no es patrimonio del ego, es una cualidad de la consciencia. Dicho de otro modo, somos felices sin necesidad de estímulos externos, la felicidad nos acompaña desde el nacimiento, está “dentro” de nosotros, no está “fuera”. Si la buscamos en cosas externas equivocamos el lugar, “ahí fuera” podemos encontrar momentos de placer, sucesos que nos den alegría, pero no felicidad. No está mal tener placer o alegría en nuestras vivencias mundanas, pero tengamos en cuenta que al vivir en un mundo dual, en la medida que nos apeguemos a lo que nos da placer simultáneamente fortalecemos el dolor que es su opuesto de la unidad placer-dolor, y cuando se activa la vamos a pasar mal.
Si evolucionamos mentalmente para identificarnos con la consciencia y diluimos el ego, la felicidad fluye sola desde nuestro interior y se proyecta al exterior, se manifiesta en nuestra realidad personal sin ningún esfuerzo porque dejamos fuera de juego la mente egótica.  De este modo viviremos a predominio de estados de felicidad porque mejoramos las condiciones internas y dejamos de depender de las condiciones externas, y cuando ocurre algo externo que nos de placer o alegría la experiencia será más rica. 

Nota: este tema forma parte de lo que se enseña en los talleres del Salud Holística Paraná.

Nota 1284
El servicio de salud como un bien estratégico para la postpandemia
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

La pandemia del coronavirus obliga a utilizar nuevos recursos para afrontar las enfermedades debido a la crisis económica del sistema de salud.
Las secuelas que dejará el virus obligará a atender un mayor número de personas por enfermedades psíquicas y físicas, y al sistema le resultará mucho más complicado dar respuestas. La falta de trabajo, el desempleo, y el cambio en los hábitos de vida que inevitablemente se producirán causarán estragos en la salud de las personas
Es una excelente oportunidad para cambiar de paradigma en la atención de la salud: pasar de una medicina alopática a una medicina integrativa se torna imperioso para bajar el gasto y lograr resultados más eficaces.
La medicina integrativa se apoya en la neurociencia, en la epigenética, en la bioquímica de las emociones y reconoce al ser humano como un ser integrado en sus faces bio-psico-espiritual con el medio ambiente y con la sociedad. Con este modelo se obtienen mejores resultados de salud y disminuye considerablemente el gasto de atención.
​En el marco de este nuevo paradigma las personas deben ser atendidas en base a programas de atención basadas en un modelo que integra las dimensiones físicas, psicológicas y espirituales de la persona, su entorno y relación social.
Cada programa debe ajustarse a la problemática que afecta a la persona, y como cada ser humano es un ser único e irrepetible se tienen que aplicar planes personalizados de salud.
Las personas atendidas en este modelo de atención tienen que ser instruidas a través de talleres sobre la importancia de ser activos participantes en la recuperación y mantenimiento de su salud. Como este paso es clave para lograr los mejores resultados, se les debe enseñar en forma pormenorizada a activar el potencial de auto curación que tiene el organismo.
​La pandemia nos tiene que dejar una enseñanza y una oportunidad para poner en práctica un nuevo modelo de atención basado en la medicina integrativa. No la desaprovechemos!!!

Nota: este modelo de atención es el que se aplica en Salud Holística Paraná.

Nota 1283
¿Somos víctimas del coronavirus o de nosotros mismos?
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

Qué es un virus? Es un microorganismo que está conformado por ADN/ARN, es decir, una molécula que porta información codificada recubierta por una cápsula proteica. Forma parte de la vida y no necesariamente es un factor patógeno, es decir, no lo podemos considerar tan fácilmente como causa de enfermedad aunque lo afirme la Organización Mundial de la Salud. 
Si fuese así, estaríamos en presencia de un victimario (el virus) y una víctima (el ser humano) y la naturaleza no está diseñada de esta manera. Esa no es la realidad, lo real es que esta idea responde a un viejo paradigma muy fuertemente arraigado en la humanidad y romperlo es una tarea titánica. Albert Einstein decía: “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
En cada litro de agua de la superficie del mar donde nos bañamos hay 10.000 millones de virus. En el genoma humano se han encontrado miles de secuencias derivadas de virus, lo que demuestra que la vida responde a un sistema de coordinación entre los organismos vivos, no hay competencia, hay cooperación, hay simbiosis. No es una guerra donde triunfa el más fuerte como se creyó en su momento.
Si la causa de la enfermedad no es el virus, cuál es?. No será que la causa está en nosotros?. No será que el miedo, el confinamiento social con secuela de ansiedad, depresión y tristeza, o la falta de adaptación al proceso evolutivo del universo, son los verdaderos causantes de la enfermedad?.
No será que no debemos entorpecer el mecanismo de auto protección y auto curación que tiene el organismo para evitar la enfermedad?
Muchas bacterias y virus forman parte de nuestra microbiota, es decir viven simbióticamente (en asociación) con nuestro organismo y para comprender mejor el proceso salud-enfermedad tenemos que remitirnos a lo que se ha dado en llamar: “la teoría del terreno”, que ha sido comprobada científicamente en muchas oportunidades.
La epigenética habla sobre la importancia del medioambiente en los cambios de la información genética. En otras palabras, los pensamientos y emociones son señales que activan los genes cambiando el medio químico y fisiológico del organismo (terreno) pudiendo crear condiciones para contraer enfermedades.
Las bacterias y los virus están en todas partes, dentro y fuera de nosotros. Son elementos fundamentales de la vida y según el enfoque que tienen muchos hombres de ciencia de vanguardia se vuelven patógenos si el terreno (el medio interno del organismo) está agredido, desequilibrado, bloqueado, intoxicado o estancado energéticamente.
Cada especie tiene su propio microbiota y los microorganismos que conviven con nosotros (en su ausencia moriríamos) pueden transformarse en patógenos si no nos adaptamos a lo que nos ocurre a nuestro alrededor y agredimos al cuerpo con pensamientos y emociones tóxicas.
Los virus pueden pasar de una persona a otra, lo hacen entre miembros de la misma especie (salvo condiciones excepcionales), a eso se le llama contagio?. Según el diccionario, contagio es desarrollar una enfermedad producida por haber estado en contacto con un microorganismo. Aparentemente una persona puede contagiar a otra al pasarle el virus pero lo que ocurre es que el contagio no depende del virus sino del “terreno” u organismo.
Que el virus esté en el organismo no quiere decir que la persona enferme, dependerá del estado que presente. Podemos ni enterarnos que lo tenemos (portadores asintomáticos) o causarnos la muerte si el organismo está muy bajo de defensas. El virus es el mismo pero la respuesta es diferente, todo depende del “terreno”.
Si el cuerpo, la mente, las emociones están desequilibradas permanentemente y el virus penetra en el organismo, causará problemas. Esta situación nos indica que tenemos que producir un cambio para lograr coherencia o equilibrio funcional en el organismo.
El virus no es un organismo creado para atacar al hombre, pero creemos que es así, entonces le tenemos miedo, o pánico, nos aislamos del vecino porque creemos que nos va a contagiar y quebramos de esa manera los vínculos sociales.
La naturaleza es una empresa cooperativa, todos los seres vivos son necesarios, están para ocupar un lugar y un papel en la vida, y debemos colaborar en ese sentido.
Preguntas para reflexionar: seguro que la gente se muere por el COVID-19, o se muere por otros motivos y además tenía el COVID-19 en el cuerpo?.
No será que muchas personas mueren (independiente de la edad) porque tienen un organismo muy degradado y el virus al ingresar al cuerpo encuentra condiciones ideales para desarrollarse?.
Según cómo respondamos a estas preguntas nos pueden crear la percepción de una pandemia que quizás no sea tal.
Otras preguntas: si el confinamiento coercitivo genera mayor grado de trastornos mentales como se está observando, no será peor el remedio que la enfermedad?
Si muchas personas están sintiendo miedo, frustración e impotencia al mismo tiempo, la energía que emiten no contamina el medio ambiente y nos hace más vulnerables?
Dónde está la causa de la enfermedad, fuera de nosotros (virus) o dentro de nosotros al debilitar nuestro organismo con pensamientos, emociones y estilo de vida?
Sugerencias: en vez de echarle la culpa al virus, revisemos nuestra mente, nuestros pensamientos y emociones que nos dañan, limitan o sabotean para cambiarlos. Meditemos, tomemos el hábito de alimentarnos de manera saludable, hagamos actividad física, hagamos actividades que nos entusiasmen, celebremos la vida!!!.

Extraído y adaptado de: https://www.youtube.com/watch?v=6C7Y2oZ1fqc La realidad sobre el contagio. Ana M. Oliva

Nota 1282
Coronavirus. Un enfoque distinto para el cambio que el mundo necesita
Dr. Roberto Udrisar - Director de Salud Holística Paraná

La humanidad está viviendo momentos de zozobra e incertidumbre. Nadie sabe a ciencia cierta que hay que hacer ante este dilema: priorizar lo sanitario o lo económico.
En muchos lugares del mundo las personas están sometidas a una cuarentena aconsejada por médicos y especialistas porque creen honestamente que es lo mejor en estas circunstancias, solo dudan en el tiempo de duración.
Por otra parte los economistas están haciendo cálculos sobre cómo quedará la economía global después de esta crisis sanitaria y aspiran a que la cuarentena dure el menor tiempo posible.
Lo cierto es que “el día después” de la crisis sanitaria la humanidad tendrá que enfrentar una dura crisis económica y financiera que provocará daños psicológicos y psicosomáticos que serán difícil o imposible de cuantificar, pero quizás sean mayores que los causados por el coronavirus.
Pero estas crisis, como todas, nos dejan un mensaje que tenemos que aprender a descifrar. Habrá muchas interpretaciones y muchas opiniones al respecto.
La opinión que expreso a continuación surge del conocimiento impartido por muchos expertos y científicos que trabajan en el marco de una nueva ciencia para explicar un nuevo modelo de realidad. Estos conocimientos, quizás por ser novedosos, no se difunden en los grandes medios de comunicación, pero afirman una verdad.
Haré referencia a algunos de ellos que están relacionados con la pandemia que estamos viviendo.
1) Cómo se crea la realidad: la nueva ciencia descubrió hace bastante tiempo que el ser humano es el creador de su realidad personal mediante sus pensamientos y emociones, es decir, que la realidad se crea primero en la mente de cada persona y después la experimenta. Donde pone su atención y su emoción crea realidad.
Si de manera frecuente la atención la estamos poniendo en el coronavirus y la acompañamos con miedo, las posibilidades de contagio se incrementan notablemente, mientras que si la atención la ponemos en aumentar nuestras defensas y la acompañamos con emociones elevadas ocurrirá lo contrario.
Es muy importante saber que tenemos potencialmente todo el poder necesario para crear nuestra realidad y mejorar las condiciones de salud y bienestar, que no necesitamos de nadie que lo haga por nosotros por la sencilla razón que nadie puede hacerlo.
2) la ley fundamental del universo es energía con información: la ciencia de vanguardia también descubrió que en el universo todo es energía que porta información. Como el ser humano es parte del universo, en esencia es energía con información al igual que una flor, un perro, un gorrión, una bacteria o un virus. Esta es la ley fundamental de la naturaleza, es la ley que organiza la vida.
Ahora bien, la energía del ser humano puede variar de acuerdo a los pensamientos y fundamentalmente, de acuerdo a las emociones que experimente en virtud de la interpretación que haga de los acontecimientos del entorno.
La realidad se creará de acuerdo al nivel mental que haya alcanzado. Dicho de otro modo, cada persona crea su realidad personal, crea su vida, y está en directa relación a su estado vibracional.
Emociones de alegría, amor, dicha, paz, contribuyen a elevar las vibraciones, es decir el organismo funciona con una frecuencia energética más alta. Por el contrario, emociones de miedo, sufrimiento, culpa, preocupación, ansiedad, entre otras, debilitan el campo energético y el organismo funciona con frecuencias más bajas.
Los virus en general, y el coronavirus en particular, son moléculas que portan información codificada y fuera de un organismo vivo no duran mucho tiempo, solo horas.
Se pudo establecer que la energía de los virus vibra con baja frecuencia y necesitan de un hábitat (en este caso el organismo humano) que sintonice con una frecuencia similar para desarrollar su acción patógena.
A medida que la frecuencia energética del organismo se hace más rápida el virus primero se inactiva y a frecuencias más altas muere.
En qué casos las personas disminuyen su frecuencia energética?. Cuando por distintas razones comienzan a vivir a predominio de emociones negativas. Estas emociones contienen la información de vibrar más lento, es decir su carga energética es más densa.
Cuando esa energía sintoniza con la frecuencia de los virus, éstos se activan y comienzan a desarrollar su acción patógena.
Tenemos la capacidad de fabricar nuestra propia vacuna para evitar que el virus (que puede penetrar en nuestro organismo en cualquier momento) desarrolle la enfermedad. Debemos conocer las emociones que nos están dañando y transmutarlas, es decir, sanar nuestro inconsciente para que la energía del cuerpo se equilibre y vibre a una frecuencia que no sea apta para la vida de los virus.
Muchos de nosotros somos portadores del virus, algunos los tendrán de manera asintomática, otros pueden mostrar síntomas leves, otros síntomas más severos, y en otros podrán ocasionar la muerte. En estos casos el virus no mata, la muerte es causada por las propias emociones que no se han podido, sabido o querido reconocer, aceptar y soltar. El virus no tiene la intención de matar porque sino estaría destruyendo su propio hogar y también desaparecería.
3) acerca del coronavirus: si empezamos a comprender la relación virus-hábitat (ser humano) otra puede ser la historia. Hay tres cuestiones que tienen que ser explicadas desde los nuevos conocimientos: A) los órganos que ataca. B) por qué hay personas más susceptibles que otras. C) por qué hay zonas geográficas en las cuales el virus se desarrolla más fácilmente que en otras.
A) Los órganos que el coronavirus ataca: el coronavirus afecta al aparato respiratorio, fundamentalmente a la garganta que está ubicada a la altura del quinto chakra y a los pulmones que están ubicados en la zona del cuarto chakra.
El quinto chakra como centro energético, se relaciona con la expresión o comunicación a través del lenguaje hablado o gestual, con manifestar lo que uno considera como verdad. Expresamos de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, es decir, expresamos lo que creemos que somos y proyectamos al entorno.
Existen mucha razones que dificultan la expresión de lo que somos (inhibiciones, vergüenza, qué dirán o pensarán otras personas, para evitar conflictos, etc.), en ese caso podemos sentirnos frustrados y la energía se altera.
Para recomponer la energía de este chakra debemos elevar nuestro nivel de conciencia y diluir el ego. De esta manera aumentamos el poder de la voluntad para sostener nuestras decisiones y para mostrarnos como somos.
Una práctica muy sencilla para aumentar su frecuencia vibratoria es identificarnos con la consciencia de unidad porque en esencia no somos ego, ese es el falso yo.
En verdad somos seres espirituales que nos emocionamos ante las experiencias de la vida y “a veces razonamos”. Estamos en este mundo para desarrollar nuestros propósitos desde un nivel de conciencia más elevado, no desde el ego, al lograrlo podemos expresar con toda naturalidad y simpleza lo que pensamos y sentimos, sin ataduras, elevamos la frecuencia vibratoria de este centro energético y alejamos las posibilidades de que el coronavirus o cualquier otro virus nos afecte.
En nuestra cultura el quinto chakra es uno de los que más se altera, esto se ha podido corroborar en las mediciones del campo electromagnético del cuerpo.
El cuarto centro energético o chakra ubicado en el centro del pecho (zona del corazón, de los pulmones y del timo) expresa la relación que tenemos con nosotros mismos. Guarda el significado de ser conscientes de lo que estamos sintiendo, de tomar conciencia de cuáles son las emociones que hemos reprimido, o no las hemos trabajado, que nos impiden ser uno mismo.
En estos casos la energía de este centro se altera y la persona no podrá experimentar sentimientos elevados, puede sentirse más triste y debilitar el sistema respiratorio y el sistema inmunológico. Cuando el sistema respiratorio (pulmones) se debilita energéticamente se torna más vulnerable al coronavirus.
La práctica a llevar a cabo es reconocer y transmutar las emociones que impiden manifestar con más frecuencia estados elevados de bienestar, por ejemplo: miedo a la soledad, al compromiso, a la traición, etc., que pueden originar celos, amargura, rabia, odio o incapacidad de perdonar.
Al experimentar de manera consciente sentimientos elevados de gratitud, generosidad, amor (no como una emoción sino como una sensación de unidad con el todo), bondad, plenitud, etc., aumentamos la frecuencia vibratoria de este centro, fortalecemos el sistema inmunológico y alejamos la posibilidad de que el virus desarrolle la enfermedad.
El quinto y el cuarto chakras expresan lo que soy y la relación que tengo conmigo mismo, y son los que tenemos que equilibrar energéticamente para aumentar la inmunidad contra el coronavirus.
B) por qué hay personas más susceptibles que otras: El coronavirus ataca con más facilidad a personas de mayor edad porque son las más resistentes a cambiar su forma de ser, a evolucionar mentalmente y aumentar sus vibraciones, en cambio los niños naturalmente vibran más alto, por eso son más resistentes a este virus en particular. Pero cualquier persona que experimenta tensiones emocionales de alguna intensidad se torna más susceptible porque disminuye su nivel vibracional, su sistema inmunológico se debilita, y el coronavirus encuentra un hábitat propicio para desarrollar la enfermedad.
C) por qué hay zonas geográficas en las cuales el virus se desarrolla más fácilmente que en otras: Los virus atacan más en el invierno o en climas fríos porque la baja temperatura hace a las personas más cerradas, con menos relación social. El clima frío invita a experimentar estados de tristeza y soledad, en consecuencia baja las vibraciones del cuerpo.
Pero hay otra razón que explica por qué el virus ataca a más personas en algunas zonas que en otras. Sucede cuando el nivel de conciencia colectivo baja. En las zonas más afectadas por el virus, el nivel vibracional promedio es de más baja frecuencia (zonas donde las personas están sometidas a tensiones emocionales intensas, como por ejemplo Wall Street), por lo tanto, el virus encuentra un medio energético que sintoniza con su frecuencia vibracional para provocar la enfermedad.
Todos los seres humanos compartimos un estado de conciencia colectiva que genera una realidad colectiva. En otras palabras la energía del medio donde vivimos es el promedio de las frecuencias energéticas que cada uno de nosotros proyecta. Esto indica que nuestros pensamientos y emociones importan y mucho, porque no solo nos afectan particularmente sino que influyen en los demás. Sanemos nuestras emociones para nuestro bienestar, pero además como actitud solidaria con nuestros semejantes, seamos responsables. Cuando hablamos de solidaridad este es el mayor acto de solidaridad que podemos realizar.
El universo nos empuja a aumentar la vibración para alinearnos con el proceso evolutivo, y si no lo hacemos nos manda una epidemia para que nos demos cuenta que tenemos que hacerlo.
Lo más importante en nuestras vidas es reconocer las emociones que nos dañan, transmutarlas y alcanzar un nivel mental más evolucionado para aumentar las vibraciones ya que es una manera muy eficiente de fortalecer nuestro sistema inmune. El coronavirus nos ofrece una excelente oportunidad para hacer un click en nuestras vidas y cambiar nuestra forma de pensar y sentir, y por ende, la realidad personal y colectiva. Aquel que no lo haga estará más expuesto a nuevos virus, a bacterias, a desórdenes genéticos, en definitiva a sobrevivir en vez de celebrar la vida.
Después de esta experiencia no podemos seguir siendo los mismos. Veamos esto no como una tragedia sino como un punto de partida para un cambio global de conciencia, el mundo lo está necesitando.

                                                                                                          Dr. Roberto M. Udrisar
                                                                                                Director de Salud Holística Paraná
                                                                                                            28 de Marzo de 2020